Papeles de identidad
Un libro de artista sobre la burocracia identitaria
Palabras clave: libro de artista, burocracia, identidad, papeleo, documento
Autora: Kena Kitchengs
Título: Papeles de identidad
Técnica: Libro de artista.
Fotocopia y sellos
Año: 2023
(Para todas la imágenes de este artículo)
Si hubiera nacido en un país que ya no existe quizá tendría algún acta de nacimiento fantasmal, como de otra dimensión, pero entonces yo no sería yo. Como están las cosas, el país en el que nací adoptó el adjetivo de “Bolivariano” en tiempos recientes, y dependiendo del origen del documento de identidad en cuestión, tengo uno o dos apellidos como parte oficial de mi nombre. Otro país me otorgó dos números de identidad, y la forma de solucionarlo consiste en anexar el número espurio al “original”, de modo que en uno de los universos burocráticos existo yo y existe otra yo subordinada a la primera yo.
En una de las más extrañas transformaciones de mi nombre, un tercer país me otorgó un número de identidad bajo el nombre de Sera Virginia Kitchengs. En el universo bidimensional del papeleo, el “universo de papel”, soy una colección de entes con ligeras discrepancias entre ellos, un cúmulo esquizofrénico y a ratos incompatible de certificados y pasaportes de naciones que exigen, cada una, de manera celosa y unilateral: lealtad, obediencia y adherencia. Se piensa que una consecuencia del revoltijo de papeles de identidad es señalar que se pertenece a alguna nación, que yo entiendo como un territorio arbitrario y endeble delimitado por una serie interminable de sucesos histórico-políticos y con una suerte de “identidad nacional” propia, ora espontánea, ora construida por algún “proyecto de nación” con alguna agenda urgente del momento.
También para la identidad hay niveles y subordinaciones. El revoltijo de papel es tan arbitrario y endeble como la nación en cuestión, sin embargo ambos son igual de oficiales e incuestionables. Incuestionable es el hecho de que a mayor revoltijo mayor confusión, y en este pesimista sentido mis papeles adquieren más congruencia si son c u i d a d o s a m e n t e seleccionados y caóticamente reintegrados, con cartas astrales incluidas. Al fin y al cabo, estos importantísimos papeles no siempre coinciden íntegramente con la realidad de una persona. Sin embargo, usé copias: este proceso no implicó la destrucción de documentos originales porque hasta yo sé que los papeles son sagrados.
En esta lenta transición que estamos haciendo hacia el papeleo digital todavía quedan infinitas cajas enormes de archivos albergadas en oficinas oscuras y llenas de burócratas malhumorados que se alimentan de fotocopias aderezadas con sellos tenues y la impaciencia de la espera inútil: el medio por excelencia de las transacciones burocráticas. La fotocopia, que en todo caso no fue la primera forma de multiplicar documentos, fue un invento de un burócrata artrítico de oficina de patentes; un verdadero mesías para la especie oficinista porque logró crear una tecnología inmejorable en el área de la reproducción barata y eficiente de documentos de papel.
El sello, mucho más antiguo, ha vivido sus propias revoluciones en forma de fotopolímeros, por ejemplo. Membretes, escudos, logotipos, hologramas, firmas, folios, sellos de recibido, sellos de entregado, sellos de cancelado, sellos de cotejado o de certificado, la apostilla como certificado por excelencia, nombres muy complicados de dependencias y subdependencias y subsubdependencias, instrucciones amenazadoras y reglamentos incomprensibles.Todo en nombre de clasificarnos y establecer de una vez por todas quiénes somos en el universo de papel, el único que realmente importa. Códigos qr, firmas digitales, reconocimiento facial y biometría y yo me pregunto si se acerca el inconcebible fin de la fotocopia, y en ese supuesto, de qué se alimentarán los burócratas del futuro.